La bodega ÀN Negra, situada al sureste de la isla de Mallorca elabora sus vinos en la antigua “possessió” de Son Burguera. Esta edificación, cerca de Felanitx, data del s. XIII y contaba desde sus inicios con unas dependencias para la elaboración del vino, destinado, en un principio, a abastecer el consumo de la gente vinculada al lugar. El cultivo de la viña ha pervivido de forma continua hasta la actualidad y ha contribuido a dar forma al paisaje isleño, integrado geográficamente en el Mediterráneo, haciendo del vino un producto emblemático de nuestra gastronomía.
Pero no será hasta el s. XIX, cuando las viñas francesas se ven afectadas por la filoxera, que la producción vitivinícola de Mallorca se convierte en una parte importante de la economía agraria. Felanitx es un caso paradigmático, y en 1919 se funda la bodega cooperativa, con la voluntad de agrupar la totalidad de la producción y hacerla más rentable. La magnitud del edificio revela el esplendor económico del momento. En los años 70 del s. XIX se exportaban desde el puerto de Felanitx más de nueve millones de litros de vino.
El cultivo de la viña, con avances y retrocesos, y con un papel importante o secundario para la economía, ha pasado a ser tradicional, parte de nuestra cultura. El trabajo vitivinícola actual no hace más que perpetuar una actividad ancestral. Es en este contexto que en 1994 nace ÀN Negra. Aprovechando inicialmente las infraestructuras que ofrecía la antigua “possessió” se elabora la primera producción. A partir de entonces la mejora de las instalaciones, como condición indispensable para la producción de unos vinos de calidad, ha sido constante.
El respeto a las particularidades del suelo y el cultivo de las variedades autóctonas ( manto negre, fogoneu, prensal y sobretodo callet) han formado una filosofía propia tanto en la forma de entender la viticultura como en el vino en sí mismo. Se trata de recuperar el significado original de “Denominación” tal y como fue concebido en la Francia de los años 20, en el sentido de elaborar unos vinos que revelen una personalidad propia. De la simbiosis irrepetible de un clima, una tierra y unas variedades autóctonas surgen unos vinos particulares, sinceros , alejados de las tendencias actuales de elaboraciones impersonales. Es esta premisa, y la voluntad de ofrecer un producto de máxima calidad, lo que marca el día a día de ÀN Negra.