En 1931, y a sus apenas 28 años, el joven e inquieto José Luis Ferrer Ramonell, tras haber estudiado ingeniería en Francia, funda esta bodega bajo el nombre de Vinícola de Binissalem. Posteriormente pasará a recibir su actual nombre, Bodegas José L. Ferrer y Franja Roja, su marca insignia, que en la actualidad son sinónimo de calidad y prestigio.
José L. Ferrer, fue pionero en la isla de Mallorca a la hora de:
Actualmente la bodega sigue siendo propiedad de la familia, ocupando el puesto las 3ª y 4ª generación de la estirpe vinatera de los Ferrer, que nunca se han conformado con lo que les aportaba la memoria histórica y la experiencia heredada y por esto siempre han buscado enriquecer el legado recibido.
Así, desde el abuelo, Jose Luís Ferrer Ramonell, pasando por los nietos, Sebastián y Jose Luís Roses, hasta la reciente incorporación de su bisnieto Pepe Roses, todos han marchado fuera de nuestras fronteras para descubrir y, en su caso, aplicar en casa nuevas ideas y técnicas enológicas de todo el mundo.
De la época del fundador hasta hoy la bodega no ha perdido ni un gramo de tipicidad y autenticidad en los planteamientos, pero ha conseguido mejorar en gran medida el resultado final. Unas instalaciones avanzadas que combinan lo mejor de las técnicas modernas y las tradicionales y, sobre todo, vivir el vino como una pasión que se transmite casi genéticamente, de generación en generación, han tenido como recompensa el reconocimiento del mercado autóctono e incluso el de fuera de nuestras fronteras.
Siglos de tradición de toda una tierra y toda la pasión y el esfuerzo de una familia es el que existe tras el nombre de José L. Ferrer. Luz y magia, paisaje y paisanaje, cultura e ingenio, alma y tierra, uva y valentía hechos vino, esto es, en esencia, lo que se destapa con cada una de las botellas que salen de esta bodega.